He aquí el auténtico protagonista de toda nuestra pequeña aventura de 12 días..."Manito"...nuestra furgo de alquiler en nuestra primera experiencia en "autocaravaning". Por si queréis saber lo del nombre de "Manito"...se lo pusimos porque como estuvo todo el viaje detrás de "Lupita", pensamos que era apropiado para él....Nos esperaban por delante casi 3.400 km.
He de advertir de antemano, que si el viaje fue un éxito fue gracias a mi "Herpano" Charly que se curró toda la información y el itinerario junto a su amigo Raúl y que gracias a la sapiencia de ambos y a lo bien que acogieron a estos aprendices, hicieron que viajar con ellos por la Bretaña fuera aún más hermoso y divertido de lo que habíamos imaginado...Gracias GOLLUMS
DIA1. Madrid- Behovia
Nuestro viaje empieza en Madrid, concretamente en Algete, desde donde partimos junto con Charly & Family y su esplendorosa Autocaravana Pilote (Lupita para los amigos....), casi a las 7 de la tarde del 14 de Agosto. Nos dirigimos con el objetivo de llegar lo más lejos posible pues nuestro objetivo de inicio es La Rochelle, así que apuramos al máximo.
Nuestra primera parada llega a la hora de la cena. Al pasar Lerma, aprovechamos una gasolinera de Repsol que detrás tiene un amplio aparcamiento y allí nos tomamos la tortilla para ir reuniendo fuerzas.
Un rato después ya estamos de nuevo en marcha y nuestro próximo objetivo es repostar en una gasolinera "barata" que encontraremos en Miranda de Ebro, si vais por la N-I en vez de la de peaje, veréis anunciado los supermercados Leclerc, pues allí se encuentran los surtidores automáticos a 1,29 E/Litro.
De nuevo en marcha, al final llegamos a nuestro objetivo para pernoctar en la localidad fronteriza de Behovia. Allí encontramos un parking, cerca del centro, en el que pernoctar es gratis si sales antes de las 9h. Por la noche, adivinamos que el sitio es bonito, pero lo comprobaremos mejor al despertar mañana zzzzzzz....
DIA 2 Behovia- La Rochelle
Pronto en ruta, nos vamos adentrando por Francia, evitando las autopistas de peaje y así de paso que nos ahorramos unas perrillas, vamos empapándonos de la belleza de los pueblos del país vecino.
Enseguida nos damos cuenta que Francia no tiene nada que ver con España en el tema de las Autocaravanas...allí todo son facilidades, áreas preparadas, etc. Comemos en una de ellas y finalmente llegamos a La Rochelle a media tarde.
Nos vamos directos al Area de la Av. Jean Moulin (PK. N46º 09' 24''). Es muy amplio y tiene para rellenar agua y vaciar el químico. Cuesta 10,50 euros e incluye el bus gratuito hasta el Centro. Estaba bastante lleno, pero había huecos(no en la zona de césped), y se estaba bien. Una vez que nos acoplamos, a cargar la cámara que íbamos a empezar a darle buen uso....
El bus nos dejó en el mismo centro, y nada más bajar, nos sorprendió una maravillosa vista del puerto con una algarabía humana propia de Agosto.
La entrada al puerto viejo conserva dos torres(Torre de S. Nicolás y de la Cadena) en las que hace siglos, tensaban una cadena de una a otra para cerrar el paso a las embarcaciones por la noche y así fortificar la ciudad. Ya en el S.XX, se utilizó como base para la reparación de submarinos alemanes. La Rochelle fue una de las últimas ciudades que se liberó en la 2ª Guerra Mundial.
Otra torre que hay que ver es la Torre de la Linterna, que sirvió de faro durante muchos años, encendiendo una bandera desde una de las ventanas más altas. Luego sirvió de cárcel.
La torre que se ve en la foto es la del Reloj, que da paso al casco antiguo, por donde es recomendable pasear y descubrir rincones con encanto.
Tras un largo paseo, comimos en un típico restaurante, en el que tomamos unos "Moules" al roquefort y otros a la carbonara al precio de 11 euros cada cazuela. Estaban ricos, pero para mi gusto eran demasiado pequeños.
Luego vuelta a la autocaravana y a disfrutar de la charla nocturna con una copeja entre nuestras furgos.
Siguiente etapa: Rochefort en Terre
DIA 3 La Rochelle- Rochefort en Terre
Desayuno en el Área y cambio de Aguas, ya empiezo a tomarle el tranquillo a esto de la manguera y a lo de los cambios del cassete del WC(qué paciencia Charly...que hubiera sido de nosotros sin ti)...ponemos rumbo a Rochefort en Terre. La verdad que no puedo decir muy bien por dónde llegamos, pero recuerdo que la carretera era de las que serpentean las campiñas y de una belleza que jamás te puede dar una autovía...creo que fue aquí donde se me empezó a inocular el "veneno" de la autocaravana, mientras conducía viendo esos parajes.
Llegamos a Rochefort en Terre poco antes del mediodía. Aparcamos en el parking que hay justo antes de la entrada. Una estupenda explanada al lado del pueblo. No había muchas autos aparcadas...por lo que pudimos elegir sitio sin problemas. Allí se nos unieron Rául&Family, compañeros habituales de aventuras de mi cuñado, una gente maravillosa y con los que compartimos el resto del viaje y un montón de buenos momentos.
A la salida del pueblo, a mano izqda hay una fabrica de sidra bretona que cuando llegamos la acababan de cerrar, menos mal que Raúl había comprado unas por la mañana y pudimos probarla. Otra forma de catar la sidra y a un precio razonable, es en un lugar muy pintoresco que se encuentra a la entrada del pueblo, se llama "Café de la Pente" y es un sitio muy recomendable. Parece como si además del cafe-concierto, tuviera algún tipo de labor social solidaria...no os lo perdáis¡¡
También hay una Colegiata, de piedra negra, muy acorde al ambiente general de la villa, se llama Colegiata de Notre-Dame de la Tronchaye y que se puede visitar por dentro totalmente "free"
Cuenta la leyenda, que cuando los Normandos invadieron la villa, un sacerdote escondió la Virgen con el niño para evitar que la expoliaran y la guardó en el interior de un tronco. Unos siglos más tarde, una pastora, encontró la virgen al ir a recoger unos troncos y fue entonces cuando construyeron esta maravillosa Colegiata en su honor(tronchaye es tronco)
Por el día, esto es un hervidero de turistas, pero una vez que cae la noche y las tiendas echan su cierre, entonces la villa cobra un aspecto diferente, con un aspecto aún mas medieval, gracias en gran parte a su tenue luz y a sus silenciosas calles.
Sólo algún despistado y los que tenemos la suerte de pernoctar en el Área, tenemos el placer de pasear por este idílico y encantador lugar...aunque las malas lenguas, bien entrada la noche y con algún gintonic entre pecho y espalda, dicen haber visto Gollums....
DIA 4 Rochefort en Terre- Josselyn-Vannes-Quiberon
Me encanta el hecho de salir a desayunar con las fresquita, con las sillas y una mesa plegable junto a la auto, cada día en un paraje distinto, pero cada uno con su encanto...el veneno va calando y cada vez estoy más encantado con todo este mundillo.
Llegamos a Josselyn y aparcamos en un Área que hay cerca del Centro. Estaba bastante lleno, pero al final tuvimos hueco para los tres.
Ese día había Mercadillo y se notaba en sus calles. Compramos Quesos en un puesto que tenía una variedad enorme, cogimos de Rochefort, brie, pero el que más me gustó, por diferente a los que estamos acostumbrados a tomar fue uno que se llama Morbier.
Seguimos bajando por la calle hasta llegar al puente que cruza el río y desde el que se tiene una vista extraordinaria del Castillo, a mi mente me vienen recuerdos de mi niñez y de horas y horas jugando con el Exin Castillos...creo que con la foto queda claro el porqué
Hay varios establecimientos con Menús a 9,50 euros para comer y la verdad que con muy buena pinta, pero con la de quesos que teníamos y con la programación que nos habíamos hecho, decidimos ir a comer en ruta.
Según íbamos hacia Vannes, encontramos un lugar genial para comer, en un área cerca de la carretera y que incluso para dormir estaba genial, con su césped y merendero junto a la zona de parking de camping cars separados por setos y con sus correspondientes estaciones para cambiar agua y recargar por 2 Euros. El sitio está en Elven y sus coordenadas son N 47.73876 W -2.58134 C
Después de comer, salimos hacia la localidad de Vannes, otro sitio para recordar, por sus casas y sus pasteles....
Aparcamos cerca del río y subimos andando hasta el centro.
Entramos al casco histórico por la Puerta de San Vicente, una de las puertas fortificadas de la ciudad y sin duda, una de las más famosas por la imagen de S. Vicente Ferrer, patrón de la ciudad y que se encuentra enterrado en Vannes, en el Coro de la Catedral de St. Pierre(aunque no entramos por lo apretado de nuestra agenda, es una de las visitas típicas de la ciudad). Una vez pasada esta puerta nos encontramos con una verdadera maravilla de casas bretonas, con los típicos entramados de madera en su fachada.
Cerca de estas casas se encuentra la Place de Henry I, donde se encuentra una pastelería que no podéis dejar de pasar por alto, se llama Maison Larnicol, y se anuncia como "Meilleur Ouvrier de France". No podréis caer en la tentación de probar los famosos pastelillos conocidos como Kouignettes...exquisitos.
Salen por 1,60 Euros la unidad. Probamos el de Pistachos y el de Orange-Cointreau...mejor el de pistachos....aunque los hay de multitud de sabores.
Después de menear el bigote y rechupetearnos los dedos, seguimos hacia la muralla, paseando por unos bonitos jardines hasta llegar al Chateau de l'Hermine, que tiene unos jardines preciosos y que merece la pena gastar unas cuantas fotos
Volvemos a la autocaravana y nos dirigimos hacia Quiberon, donde llegamos ya de noche cerrada y pernoctamos en el área de autocaravanas(imprescindible tarjeta de crédito con chips). Estaba bastante llena, pero tuvimos la suerte de poder encontrar un hueco N 47º 29' 30'' W 3º 08' 22''.
DIA 5 Quiberon-Carnac-Concarneau-Elliant
Por la mañana la dedicamos a recorrer la Costa Salvaje, un paisaje abrupto , con las olas golpeando las rocas y un paisaje espectacular.
Hay un Castillo que domina el paisaje desde un acantilado, Castillo de Turpault, que no puede ser visitado pues es de propiedad privada, pero que da un aire señorial al lugar. Fue construido a principio del s. XX por un rico empresario dedicado al negocio de la Seda, y ocupado por los alemanes en la II Guerra Mundial.
De vuelta al Área, preparamos una Paella de las buenas, con el difusor que tenía Raúl y no sin dificultades logísticas que nos hicieron temor lo peor...pero al final nos supo a Gloria bendita. No hay duda que eso de cocinar y comerte una paella al aire libre, no tiene precio
Tras el festín, nos dirigimos hacia Carnac para ver los famosos monolitos. Teníamos intención de entrar, pero la visita guiada en español ya había pasado y no había otra. Así que decidimos que si no podían explicarnos toda esa cantidad de menhires y lo que representaban, casi era mejor verlos desde los miradores y hacernos una idea de su conjunto.
Con ello también ganábamos un poco de tiempo para disfrutar un poco más de nuestro siguiente destino, Concarneau.
Al llegar nos encontramos con el centro de la Ciudad cortado porque estaban en fiestas, "Les Filets Bleus", así que tuvimos que aparcar en una zona industrial donde había hueco para dejarlas y acercarnos andando hasta el Centro.
Estuvimos en un recinto ferial, con música Celta en vivo en un grandioso escenario y ya aprovechamos la coyuntura para cenar en las típicas mesas de madera y tras sufrir unas colas de impresión, nos apretamos unos deliciosos crepes bretones con una salchicha enorme dentro, mejillones y crepes dulces, todo ello regado con unas cuantas botellas de sidra bretona.
Después de tan opípara cena, entramos en el recinto amurallado de la ciudad, y al traspasar las puertas de acceso nos encontramos con una calle repleta de tiendas y turistas, que le resta encanto al lugar, abarrotado también por parte de las fiestas. Dentro de la ciudad amurallada, que es un islote de unos 300m, recorreremos pequeñas callejuelas, pero no debemos perdernos la plaza de Saint Guenolé, que tiene una fuente muy bonita.
Después de ver los fuegos artificiales de fin de fiesta y probar unos deliciosos Kouignettes, nos dirigimos a pernoctar al área de Odet-Loisiers, pero el parking del parque de atracciones está cerrado, así que entre un camino de bosque cerrado, oscuro a rabiar y después de un par de sapos aplastados(sin querer...sorry), pernoctamos en el pueblo de Elliant, en un área muy tranquila justo al lado del cementerio.
Día 6. Odet Loisiers- Locronan
Nada más desayunar, nos dirigimos al Parque de Atracciones de Odet Loisirs. A los chicos había que darles un poco de esparcimiento y al final los mayores disfrutamos casi tanto como ellos. Es un parque de aventuras, con tirolinas, toboganes, hinchables. El precio es de 8,50 € por persona, y lo bueno es que puedes pasar la comida y la bebida y tomarlo en un merendero en el césped.
Allí estuvimos desde las 11h hasta las 16h. que salimos rumbo a Locronan. Unos 4 km antes, paramos en un centro comercial enorme(Super U) a reponer víveres y aprovechar esas enormes lavadoras y secadoras que hay en el parking, para lavar la ropa. Es muy cómodo y económico y te saca de un buen apuro. Lástima que en España no se esté tan preparado para esto.
Llegamos a Locronan, otro de esos pueblos que parecen sacados de un cuento, y justo a la entrada pagamos el ticket 6 € (te dan una pegatina para pegar en el parabrisas que la guardé tan bien para que no se perdiera que aún no la he encontrado...)para pernoctar en el área de Autocaravanas que hay antes de entrar, ya que está prohibido el paso de cualquier tipo de automóvil al interior del casco histórico.
Es un lugar cómodo con zona de baños y para cambios de aguas. Aparcamos las autos y nos damos una vuelta por este maravilloso lugar.
Este lugar tuvo su esplendor con el negocio de la elaboración de velas para los grandes navíos de guerra, siendo su principal cliente nuestra Armada Invencible...hasta que en la batalla de Trafalgar nos dejaron sin velas y a estos comerciantes, sin su principal cliente. Aún pudimos ver una tienda con motivos marinos a la entrada.
Nos dirigimos a la Grand Plaçe, donde en su centro encontramos el pintoresco pozo y la iglesia de St. Ronan, una obra maestra de arte flamígero y con unas estupendas vidrieras en su interior. En un principio constaba de una aguja sobre ella, pero un rayo en 1808 se la llevó por delante. Justo a su lado está la capilla de Penity, donde yace St Ronan.
El paseo por las callejuelas del pueblo te transportarán a otra época. No verás ni rastro de antenas o tendido eléctrico en el paisaje de esta hermosa villa.
Como iba siendo hora de cenar, fuimos a una Creperie que recomendaban en algunas guias, pero al vernos con tantos niños, directamente ni nos apuntaron en la lista....así que nos fuimos a una que estaba en la plaza, justo enfrente del pozo y que se llamaba
A pesar de estar en pleno centro, los precios estaban bastante ajustados, 6,50 los crepes salados y 5,50 los crepes dulces y además eran grandes y jugosos. El salón no era muy grande, con la magia de lo antiguo en sus paredes...pero lo más sorprendente era una musiquilla que salía de la cocina, en la que desde el fondo musical sobresalía un melodioso silbido. En un principio, pensábamos que era la propia canción, pero cuál fue nuestra sorpresa, cuando vimos que quien silbaba era la misma encantadora persona que nos estaba atendiendo en la mesa. Silbamos juntos unas cuantas canciones españolas y salimos como unas castañuelas por lo bien que cenamos y lo bien que lo pasamos.
Rematamos la noche con un gintonic 5th red fruits y a dormir que nos esperaba otro largo día.
Día 7. Locronan- Pointe de Penhir-Bosque de Huelgoat- Ploumanach.
Salimos hacia Pointe de Penhir. Tiene unas vistas espectaculares
Aquí se desarrollaron una gran cantidad de batallas submarinas en la Segunda Guerra Mundial. En la famosa Batalla del Atlántico se hundieron más de 700 submarinos y murieron De hecho hay numerosos bunkers, uno de ellos convertido en pequeño museo y desde el que se puede ver alguna de las baterías antiaéreas de las que disponían.
Pasamos la mañana allí y después de comer nos encaminamos hacia el Bosque de Huelgoat, un lugar del que parece que detrás de cualquier arbusto va a salir Merlin con su sombrero de capirote. Allí vemos la Roca Temblante y la gruta del diablo. Es un buen lugar para pasear escondidos de los rayos del Sol y que los niños salten de una roca a otra
Salimos cuando esta empezando a anochecer, dirigiéndonos hacia Pleumonach. Una vez que llegamos allí, nos dirigimos al Área y ya está completa, pero unos amables franceses nos indican que podemos pernoctar en el parking del Centro Comercial que hay junto al área. Allí nos encontramos con unas 4-5 autos más, así que decidimos pasar la noche allí.
Día 8. Ploumanach- Dinan
La mañana la dedicamos a hacer la excursión de la Costa del Granito Rosa, un espectáculo inigualable de abruptos paisajes suavizados por ese color tan característico.
El lugar tiene para un buen paseo de 2-3 horas, aunque si queremos hacer todo el trayecto, son unos 10 km que forman parte de lo que se conoce como el Sendero de los Aduaneros, un impresionante recorrido de 2000 km de sendero bordeando toda la costa bretona. Su nombre se debe a un ministro de Luis XIV, Colbert, que tras implantar un sistema de tasas aduaneras, estableció un sistema de vigilancia
con puestos y aduaneros para evitar el contrabando.
Sólo existen 3 costas de Granito Rosa en todo el planeta, además de la bretona, hay otra en China y otra en Córcega. El color rosa es debido al Feldespato que contiene sus rocas, junto a la Mica y al cuarzo.
Nos dirigimos a la localidad de Perros-Guirac, para comer en un área frente al puerto, pero está totalmente abarrotada, así que damos una vuelta con las autos en marcha y lo dejamos pendiente para futuros viajes...no se puede tener todo.
Comemos en un área de la carretera, en una zona tranquila camino de Dinan, donde llegamos por la tarde y aparcamos en el Área que hay justo bajo el enorme puente que cruza ambos lados de la localidad. Las coordenadas son N48º 27.255' W 2º 02.319' y está en la Rue du Port. Es un lugar tranquilo y junto a un río. Por la noche hay unas estupendas vistas del pueblo iluminado.
Dinan es otro de esos pueblos en los que tu imaginación vuela. Por la noche, alguna de sus casas ofrecían una imagen que parecía sacada del decorado de las películas de Harry Potter
Dimos una vuelta por el pueblo, de empinadas cuestas y cenamos en una creperie en la Plaçe des Merciers "Creperie Le Connetable" Cenamos en la terraza de fuera y como hacía una noche muy agradable, estuvimos muy a gusto. Tomamos unas "galetes y sidra bretona" la verdad es que los crepes estaban deliciosos y los precios eran razonables(unos 7 euros un buen crepe jamón y queso con huevo)
Luego dimos una vuelta por la zona más céntrica y vimos por fuera la Iglesia de St. Malo. Está situada en una de las zonas altas de la ciudad. Destaca porque en su interior hay un órgano inglés del s. XIX y unas vidrieras policromadas que reflejan su luz sobre los muros de la iglesia.
Por fuera, además de su belleza renacentista, pudimos ver uno de los Magnolios que escoltan su entrada
No nos acostamos muy tarde ya que mañana había mercadillo en la ciudad y ya se sabe que esta palabra causa sensación entre las féminas, así que como para perdérselo...
Día 9. Dinan- St. Malo
Mañana de mercadillo para todos excepto para Raúl y mi hijo Marcos, que se hacen una ruta en bici y se dan luego un garbeo en canoa por el río...mucho mejor que la ruta del mercadillo...
Compramos galletas bretonas en cajas de metal a buen precio y tras alguna compra de vinos y cervezas, nos tomamos una cerveza en un bar y aprovechamos para fundir la wifi a whatsapp. Hacemos unas cuantas fotos más
Por la tarde, nos dirigimos a St. Malo e intentamos primeramente conseguir una plaza en un área de autocaravanas con coordenadas N 48º38.589 W1º59.629. Allí fue imposible, lo que si que conseguimos fue que a mi cuñado le robaran el tapón de la auto...un menda que andaba pululando por la zona de repostaje de agua...que sepa que me he quedado con su cara.... así que después de muchas vueltas, terminamos en un área un poco alejada del centro de St. Malo, llamada Área de Ileots, que por 10 € tenemos unas parcelas con césped y posibilidad de engancharnos a la luz. Esa tarde aprovechamos para darnos un baño en una playa cercana al área y cena tranquila.
Día 10- St. Malo- Mont Saint Michel
Hoy quizás era el día que todos teníamos señalado en la hoja de ruta puesto que era la llegada al Mont S. Michel. Por la mañana, en la puerta del Área, tomamos el bus nº 8 que nos dejaba a las puertas del recinto amurallado de St. Malo, que data del S. XIII.
Como curiosidad, sabed que antiguamente, esta villa fue famosa por sus marineros y exploradores, hasta tal punto, que las Islas Malvinas deben su nombre a la memoria de marinos de St. Malo(Malouines) que las exploraron en el s. XVI
En la II Guerra Mundial, la ciudad y su muralla fueron destruidas casi por completo, pero una gran labor de restauración, mantuvieron el aire antiguo de la ciudad. Es muy agradable pasear por la muralla y ver como sube la marea por un lado, mientras rodeas la ciudad la ciudad.
Callejeamos un rato por dentro, recorriendo rincones agradables y panaderías muy recomendables.
Además de la muralla, los principales puntos de interés son:
- Fort Nationale. Construido en S. XVII por orden de Luis XIV. Construido sobre un islote cerca de las murallas
- Catedral de S. Vicent. Mezcla de estilos gótico y románico, debido a sus múltiples restauraciones.
- Castillo de St. Malo. Construido en 1424 por los duques de Bretaña
Para no perder mucho tiempo en llegar a nuestro siguiente destino, nos tomamos unos crepes con sidra a pie de calle y de vuelta a reponer las autos para la etapa final.
Nos hubiera gustado ir a Cancale a degustar sus exquisitas ostras, pero el tiempo apremiaba y yo que ya iba un poco emparanoiado con los km que me quedaban hasta el límite que me habían puesto en el alquiler, pues casi que agradecí ir directos hacia St. Michel.
Llegamos al Área de Camping Car du Mont Saint Michel 10 euros/24 horas con wifi y parcelas con bornes para conectarse. las coordenadas N48º 35' 39,38'' W 1º 30' 43,53''.
El paseo hasta llegar a coger los buses lanzadera es muy agradable, pues vas andando por la ladera de un estuario y observas como el Mont S. Michel va agigantándose según caminas en el horizonte.
Nada más bajarte del bus, ya te quedas maravillado ante lo que se presenta ante tí.
Esta abadía fue construida sobre el S. IX, según cuenta la leyenda, tras la aparición del Arcángel S. Miguel a un obispo en este lugar.
Subimos rápidamente hasta la entrada a la abadía pues era la hora de la última visita diurna. La entrada cuesta 9 € para los adultos y los menores de 18 años no pagan(igualito que aquí...¡¡viva la cultura¡¡).
La verdad es que la visita merece la pena, aunque cierto es que es más espectacular por fuera que por dentro
La visita dura más o menos una hora e incluye visitas a la catedral y a la fortaleza y sus dependencias.
Una vez que salimos, vemos el espectáculo de las mareas, como el agua va ganando terreno e inundando las zonas cercanas al monte. Unos guardias a caballo, vigilan que nadie se despiste y se encuentre atrapado entre las aguas por quedarse ensimismado mirando el limbo....
Pasear por sus estrechas calles es otro ejercicio de vuelta a la edad media...y sería más auténtico si ni hubiera tantas tiendas de souvenirs en la calle principal, que en ocasiones le dan aspecto de decorado de parque temático, pero a pesar de ello, si puedes abstraerte de esos detalles, no hay duda que te transportará a través del tiempo.
Dejamos atrás el Monte, no sin antes maravillarnos ante la carta de un restaurante que hay a la entrada, "La Mere Poulard", cuya especialidad es la tortilla a fuego de leña, una tortilla enorme hecha solo con huevo y cuajada con mucha mantequilla, que se bate enérgicamente durante bastante tiempo, para que entre mucho aire en la mezcla y quede muy esponjosa....pero lo que realmente queda muy aireada es tu cartera, pues te soplan más de 30 euros por la tortilla...que os recuerdo que sólo lleva huevo....
Vuelta al área de Camping Car, muy tristes pues mañana emprendemos el largo regreso de camino a casa.
Día 11. St- Michelle-Behovia
Después de desayunar y de repostar las autos, nos despedimos de nuestros queridos compañeros de viaje, ya que tenemos que regresar a Madrid. La verdad es que todo lo que hemos visto nos ha encantado, pero sin lugar a dudas, lo mejor del viaje, ha sido poder compartir todo con ellos y lo a gusto que hemos estado y lo protegidos que nos hemos sentido bajo sus alas...no es fácil el primer viaje en Autocaravana, pero gracias a Raul y Paloma y sobre todo a Charly y Feli, a los que masacramos a preguntas con los preparativos del viaje, pero para eso están los hermanos...este viaje ha sido una de las más maravillosas aventuras que hemos vivido.
Cogemos la autopista y empezamos a devorar kilómetros y peajes. Paramos a comer en un Área de una Gasolinera pasado Burdeos. Ahora íbamos solos, así que fuimos a lo seguro
Desplegamos nuestros últimos restos de queso y embutidos para un picnic y sin entretenernos mucho, seguimos nuestro periplo hasta Behovia, donde pernoctamos en el mismo lugar en el que lo hicimos la primera noche.
Día 12. Behovia- Algete- Fin de la aventura
Desayuno, carretera y manta hacia nuestra meta, saboreando los kilómetros que nos acercaban a Algete y nos separaban de nuestra primera aventura en autocaravana.
Llegamos cerca de las 4 de la tarde a Algete, 12 días y casi 3.400 km después, nos despedimos con pena de nuestro querido "Manito"
Y esto parece que se acaba, pero como bien me dijeron, como te pique la bicha, esto no ha hecho más que empezar...y ya noto el veneno inoculado corriendo por las venas...y sólo pienso ¿Cuándo será la próxima?
